El territorio de la infancia suele poblarse de personajes inventados, creados por la imaginación de los niños que funcionan como apoyo para afrontar distintas situaciones complejas, de compañía para el desarrollo de juegos y de contención ante los miedos y desafíos.
Esa fantasía algo común (por más frondosa que sea) y con el paso de los años va cediendo ante la realidad y la asunción paulatina de responsabilidades y de herramientas para resolver los problemas. De a poco, van desapareciendo y quedando en el pasado. Pero el estreno familiar de la semana en las salas de cine apunta a desafiar ese destino.
En “Amigos imaginarios”, una niña de 12 años tiene el poder de ver y hablar con los personajes irreales de la gente que le rodea mientras está superando una experiencia difícil. Poco a poco, la joven Bea se irá haciendo amiga de aquellos que han sido olvidados y aprovechará su particular superpoder en una aventura mágica para reconectarlos con los niños ya crecidos, y con la ayuda de su vecino Cal -quien también es capaz de verlos- crean una agencia para que esas criaturas (los hay de todos los colores y tamaños) sean adoptadas.
Sin embargo, a diferencia de la mayoría, algunos se han vuelto malvados y rencorosos tras haber sido abandonados, lo que genera una vuelta de tuerca especial a la tarea que encaran porque si no les encuentran una nueva amistad, si no reciben ayuda, podrían quedarse atrapados en un limbo eterno.
Cambio de estilo
La película es del escritor y director John Krasinski, y está protagonizada por Ryan Reynolds, Cailey Fleming, Fiona Shaw, Louis Gossett Jr (en uno de sus últimos papeles antes de su deceso en marzo) y el propio realizador junto a los personajes animados.
Krasinski debutó en la dirección con el filme de terror “Un lugar en silencio”, pero viene de la actuación en comedia, como coprotagonista de la serie “The office” en su versión norteamericana, sólo para mencionar un antecedente.
En el sitio Collider planteó que su objetivo era “hacer una película para mis hijos la pudieran ver. Los amigos imaginarios son adorables, pero también son cápsulas del tiempo de tus esperanzas, sueños y ambiciones y creo que nunca desaparecen. Te dicen que somos adultos en lugar de averiguar qué pasa si te das cuenta de que nunca dejaste de ser un niño”.